San Martín de los Andes – Turismo y Aventura en el corazón de la Cordillera

San Martín de los Andes es un destino imperdible en la cordillera de los Andes, al sur de la provincia de Neuquén. Ubicado a más de 1.500 kilómetros de Buenos Aires y muy cerca de la frontera con Chile, este encantador pueblo patagónico se encuentra en un entorno natural de ensueño, rodeado de montañas, bosques y lagos cristalinos. Ideal para el ecoturismo, la aventura y el descanso, es uno de los lugares más hermosos de la Patagonia Argentina.

Ubicado en un rincón excepcional de la Patagonia Argentina, próximo a la frontera con Chile y a más de 1.500 kilómetros de Buenos Aires, San Martín de los Andes se enmarca en un entorno de ensueño al pie de la cordillera de los Andes. La ciudad, rodeada por cerros como el Curruhuinca y el Comandante Díaz, está emplazada a orillas del imponente lago Lácar, a 640 metros sobre el nivel del mar y a sólo 40 km de la frontera chilena. Este destino combina como pocos la majestuosidad del paisaje andino con una infraestructura turística de primer nivel, siendo actualmente el centro de servicios turísticos más importante de la Provincia de Neuquén.

Historia y Desarrollo

Fundado el 4 de febrero de 1898 como parte de la campaña militar conocida como Conquista del Desierto, San Martín de los Andes surgió inicialmente como un asentamiento militar para reafirmar la soberanía argentina en la región. Durante décadas, su única actividad económica fue la explotación maderera, hasta que en 1937 comenzó su transformación turística con la creación del Parque Nacional Lanín. El verdadero despegue se produjo en la década de 1970 gracias a las políticas de promoción del estado provincial, que impulsaron un desarrollo urbano respetuoso del entorno natural. Hoy, con más de 30,000 habitantes según el último censo, la ciudad ha sabido conservar su esencia mientras se convertía en un referente del turismo patagónico.

Arquitectura que enamora

San Martín de los Andes se distingue por una arquitectura única que armoniza perfectamente con el paisaje circundante. Influenciada por el arquitecto Alejandro Bustillo (creador del icónico Hotel Llao Llao en Bariloche), la ciudad adoptó un estilo montañés que utiliza piedra local y madera en sus construcciones. Las normas urbanísticas son estrictas: los edificios no pueden superar los 12.5 metros de altura (reducidos desde los 18 metros originales), deben tener techos inclinados para las frecuentes nevadas y fachadas con materiales naturales. El centro urbano, con calles amplias y abundantes espacios verdes, alberga joyas arquitectónicas como la Intendencia del Parque Nacional Lanín, el Museo de los Pioneros y la Iglesia San José, donde se exhibe una reproducción del Santo Sudario en tamaño natural.

Se distinguen tres períodos en la arquitectura, la de los primeros pobladores, de Parques Nacionales y el reciente: De los primeros pobladores se destacan construcciones con techos de chapa y paredes de madera, así como también construcciones de ladrillos.
Con la creación del parque nacional, el arquitecto Alejandro Bustillo utilizó y recomendó que las fachadas de las construcciones estuvieran cubiertas por piedras que se encontraban disponibles por las voladuras producto de las explosiones realizadas para la construcción de caminos. Además los techos eran a dos aguas y las paredes tenían una cobertura de madera.

En la década de 1970 se construyó, en la zona del mirador arrayanes, un hotel (Hotel del Sol) que no respetó la tendencia ya que tenía techos planos, inadecuados para una zona con nevadas frecuentes. No contaba tampoco con un frente en madera y la construcción era visible desde casi toda la ciudad. Esto generó una conciencia sobre lo que podía ocurrir a futuro con las construcciones en la ciudad, y generó toda una serie de normas y ordenanzas que especifican la altura y fachadas a construir. En ese momento, a fines de la década del 1970, la altura máxima permitida para la construcción era de 18 metros, sin embargo, en el año 2003 esa altura fue reducida a 12,5 metros.

El código de edificación de la ciudad busca a través de sus regulaciones, mantener el estilo arquitectónico característico de la región (uso de madera y/o piedra en las fachadas, con techos inclinados, a su vez, otras regulaciones municipales limitan los usos del suelo y la superficie ocupable del mismo. Con la finalidad de mantener la arquitectura de la ciudad en armonía con un entorno natural que la rodea y resguardar su escala, para una mejor calidad de vida de los habitantes.

La población según datos del INDEC de 2015 es de 30.200 habitantes, lo que representa un incremento del 24,6 % frente a los 23.519 habitantes del censo anterior. La población se compone de 14.132 hombres y 14.467 mujeres. En tanto las viviendas pasaron de a ser 6.282 a 10.812​

Experiencias Imperdibles

San Martín de los Andes ofrece actividades para todos los gustos y estaciones. En verano, los deportes de aventura reinan: desde trekking por senderos virgenes hasta rafting en el río Hua Hum, pasando por paseos en catamarán por el lago Huechulafquen. Los pescadores encontrarán en sus ríos algunos de los mejores spots para la pesca con mosca de toda la Patagonia. El invierno transforma el paisaje, convirtiendo al cercano cerro Chapelco (a sólo 19 km de la ciudad) en un paraíso para esquiadores y snowboarders. Para quienes buscan relax, las termas de Lahuen-Co ofrecen aguas terapéuticas en medio del bosque andino. Y todo visitante debe recorrer la famosa Ruta de los Siete Lagos, un camino de 110 km que conecta con Villa La Angostura a través de paisajes lacustres de ensueño.

Clima y Mejor Época para Visitar

El clima en San Martín de los Andes es típico de la cordillera patagónica, con marcadas estaciones que ofrecen experiencias diversas. Los veranos (diciembre a marzo) son ideales para actividades al aire libre, con días soleados que van de los 9°C a 34°C y noches frescas. El otoño (abril-mayo) pinta los bosques de tonos rojizos y dorados, aunque es la época más lluviosa. Los inviernos (junio-agosto) traen nieve a las montañas, perfecta para los deportes invernales, con temperaturas entre 1°C y 10°C. La primavera (septiembre-noviembre) combina días más largos con menor afluencia turística, ideal para quienes buscan tranquilidad. Independientemente de la época, es fundamental llevar ropa en capas y protección solar, ya que el clima patagónico puede cambiar rápidamente.

Cómo Llegar y Moverse

Para llegar a San Martín de los Andes, los visitantes tienen varias opciones. Por vía aérea, el aeropuerto Aviador Carlos Campos recibe vuelos estacionales desde Buenos Aires. Alternativamente, se puede volar a Bariloche (a 250 km) o Neuquén (a 430 km) y continuar por tierra. Quienes prefieran el auto encontrarán dos rutas principales desde Buenos Aires: la más directa por RN5, RN35 y RN234 (aproximadamente 1,200 km), o la más panorámica a través de la Ruta de los Siete Lagos desde Bariloche. Los buses de larga distancia llegan a la terminal ubicada frente al lago Lácar, con servicios desde Buenos Aires (20-22 horas de viaje) y conexiones desde Chile a través de los pasos fronterizos Tromen o Hua Hum.

Consejos para Visitantes

Para aprovechar al máximo la visita a San Martín de los Andes, recomendamos reservar alojamiento con anticipación, especialmente en temporada alta (julio-agosto para esquí y enero-febrero para verano). Aunque el centro urbano es fácilmente transitable a pie, contar con auto facilita la exploración de los alrededores. No olvide llevar efectivo para áreas remotas donde puede no haber terminales para tarjetas, y ropa adecuada para los cambios bruscos de temperatura típicos de la montaña. Por último, sugerimos dedicar al menos 4-5 días para disfrutar plenamente de todo lo que ofrece esta joya patagónica, desde sus paisajes imponentes hasta su deliciosa gastronomía local con influencias mapuches y europeas.

Descubrí San Martín de los Andes y viví la Patagonia en su máxima expresión

San Martín de los Andes es mucho más que un destino turístico: es una experiencia inolvidable en el corazón de la Patagonia Argentina. Ya sea que busques aventura, naturaleza o tranquilidad, este rincón del sur de Neuquén te ofrece todo lo que imaginás y más.
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