¿Donde vivirías si ganás la lotería? … Para mi definitivamente y sin dudarlo ni un segundo, mi respuesta es: viviría en un lugar rodeado de bosques, lagos y montañas… en ese sentido, Bariloche es mi lugar soñado.
San Carlos de Bariloche es la ciudad turística más importante y más visitada de la Patagonia
Durante décadas fue el destino soñado para festejar el fin de curso por estudiantes secundarios, y tal vez para muchas personas, sea la primera asociación mental que hagan cuando piensen en esta ciudad.
En los años que fuí estudiante secundario, recuerdo que muchos compañeros pagaban el viaje en cuotas y lo vivían con muchas ansias y expectativas de algo muy planificado y soñado. Era un viaje de libertad que cerraba un ciclo importante de la vida, según el punto de vista de la adolescencia. En mi caso, no lo hice, había cambiado de curso varias veces y como trabajaba de día, mi último año de secundaria lo hice en el turno nocturno de una escuela técnica, en un curso con nuevos compañeros, un poco más grandes que yo, enfocados ya, en otras cosas de la vida, digamos que eran para mi visión de ese momento, adultos, con muchas más responsabilidades, trabajos más serios o varios compañeros con familia e hijos.
En mi caso, conocí Bariloche en mis treinta y pico, la primera imagen que quedó grabada en mi mente fue el frondoso bosque de hermosos pinos, saliendo del aeropuerto. Me contaron que todos los bosques de Bariloche fueron plantados por el hombre, siempre pensé que distinto sería el mundo si la gente plantara más árboles, específicamente pinos. Para mi los pinos son especiales, ese perfume fresco a la mañana o después de la lluvia, no tiene precio. De hecho, yo he plantado a lo largo de mi vida tantos pinos en forma proporcional al espacio disponible en cada casa en la que he vivido, hay una variedad que se llama Thuja-orientalis o “Thuja de Cerco” que consigue en cualquier vivero o hipermercado de la construcción que es relativamente accesible, crece bastante rápido, se lo puede podar tipo arbusto, dándole forma y además no se le caen las ramas, lo que permite que crezca césped o plantas a su alrededor. Son muy usados en barrios cerrados para cercos y de esa forma marcar los límites de los lotes… pero bueno, no quiero irme mucho del tema, solo pretendo inspirarte a plantar algún pino en tu casa si te resulta posible, si no tenes siquiera un pequeño espacio disponible, que es lo ideal, hasta en una maceta, o en un balcón o terraza es suficiente para cumplir el objetivo.
Cuando a alguien le preguntan, cuál sería tu lugar soñado para vivir, es decir ¿Donde vivirías si ganás la lotería? Pensá un lugar donde tuvieras menos responsabilidades, o donde no necesitas trabajar para vivir? Muchos responden: – Me iría a vivir cerca de una playa en el caribe o entre las sierras y los lagos de Córdoba por dar algún ejemplo… Para mi definitivamente y sin dudarlo ni un segundo, mi respuesta es: un lugar rodeado de bosques, lagos y montañas… en ese sentido, Bariloche, es mi lugar soñado.
Para los que vivimos en un área metropolitana y sufrimos los trastornos de una gran ciudad, como por mencionar algunos ejemplos, congestionamiento de tránsito, inseguridad, etc viajar a Bariloche aunque sea unos pocos días es una bocanada de aire fresco, llenar los pulmones de ese viento patagónico para oxigenar la mente, contemplando esos paisajes de ensueño que son tan hermosos que no parecen reales sino generados por CGI para alguna película de Hollywood.
Hace algunos años, hicimos un viaje a Bariloche con mi familia, fueron unos pocos días, pero realmente valieron la pena. Yo en ese momento estaba viviendo una etapa un tanto convulsionada en mi vida, esos momentos que llegan sin que uno los anticipe y que por lo tanto, son imposibles de planificar. Sucede de repente, aparece un punto del camino donde el sendero se bifurca y tenes que elegir por donde seguir, sabiendo que según la elección que tomes, el destino será completamente diferente. Recuerdo que me había planteado no hacer ese viaje unos días antes, o suspenderlo, pero afortunadamente decidí que no podía dejar a mis papás sin vivir esa experiencia, y fue sin dudas la mejor decisión. Mis padres son muy trabajadores, podríamos decir que son unos laburantes, que madrugan todos los días para ganarse el pan, aún hasta el día de hoy, ya jubilados. Ellos me enseñaron con ese ejemplo el sentido de responsabilidad y valor de cumplir con las obligaciones. Por eso es difícil que acepten tomarse unos días de vacaciones en el año y hacer algún viaje, de hecho, no conocían Bariloche y ese fue su primer viaje en avión, fue una experiencia realmente inolvidable.
Nos quedamos en el hotel Islas Malvinas, que está a unas cuadras del centro, justo frente a un monumento con un pequeño obelisco que tiene una vista del lago Nahuel Huapi que otros hoteles no tienen y que realmente es impresionante, la entrada del hotel esta en un primer piso, por lo que la vista desde el comedor es una excelente forma de empezar cada mañana tomando el desayuno.
El momento especial en que el viaje cobra sentido
Recuerdo que cuando llegamos, luego de hacer el check in, solo demoré unos minutos en dejar las valijas en la habitación y cambiarme con la idea de salir a recorrer la ciudad. Al bajar, encontré a mi mamá y a mi papá, esperando en el lobby del hotel al lado de la recepción. Estaban en otro mundo, apaciblemente sentados en un sillón con la mirada perdida en el lago, contemplando ese paisaje de ensueño. Solo puedo suponer lo que estaban pensando, como los sentimientos son siempre difíciles de ocultar y no pueden ser expresados en palabras, en ocasiones así, no hace falta hablar mucho. Verlos, en ese momento, con sus rostros en calma y los ojos llenos de felicidad hizo que el viaje cobre sentido y se convierta en algo realmente muy especial.
Un lugar soñado
El mate que se convirtió en un elemento irremplazable
Mi papá me dice, — “no trajimos el mate, ¿cómo pudimos olvidarnos de algo tan importante?” — Bueno, le respondo: compremos uno.” Bajamos del hotel y encontramos a unos pocos metros, en esa misma vereda, un pequeño kiosco, que tenía algunos recuerdos de esos típicos que venden en cualquier ciudad turística, ahí compramos un mate artesanal labrado y enchapado, chiquito, simple pero muy cómodo, que tiene la inscripción labrada que (por supuesto) dice: “Recuerdo de Bariloche”. Aunque fue una compra de apuro y para salir del paso, mi papá lo sigue usando desde ese momento todos los días, recordando cada tanto al mirarlo ese viaje y la compra de apuro que se convirtió en un elemento cotidiano e irremplazable.
Recorriendo el centro de Bariloche, descubrimos un excelente lugar para comer
Decidimos recorrer la ciudad, fuimos hacia el centro Cívico y de ahí caminamos por la calle Mitre, llena de los típicos negocios de chocolate en barra de Bariloche. En ese momento ya estábamos un poco cansados del viaje y ya teníamos apetito, entonces mi papá se pone a hablar con un chico de alrededor de 20 años, parado en una esquina, que estaba repartiendo algún tipo de folletos a los turistas y no solo los entregaba, sino que también se ponía a hablar con ellos, ahora que lo pienso estaría tratando de vender excursiones. Por supuesto mi papá no quería comprar ninguna excursión en ese momento, sino obtener una recomendación de algún lugar bueno para comer… Le dice: “Disculpá que te moleste, estamos buscando un lugar que se coma bien pero que no sea con un precio excesivo para turistas. El pibe lo mira, con cara de no me vas a contratar ninguna excursión, pero le responde amablemente: –”Si no tienen problemas en caminar, el mejor lugar para comer de Bariloche es “La Fonda del Tio“, queda a varias cuadras en esa dirección, sigan por Mitre hasta el 1100… “, inicialmente dudé de seguir esa recomendación, por dos motivos: primero porque me tomó por sorpresa que mi papá preguntara, pero debo reconocer que es un buen método a seguir, aunque con la siguiente precaución: Siempre hay que considerar y tener en cuenta que la calificación del lugar recomendado depende del criterio de la persona que responde, ya que “un buen lugar” es una opinión personal totalmente subjetiva y no necesariamente coincide con nuestro propio criterio. Es decir, hay que juzgar la recomendación y decidir si aceptarla o rechazarla, no es muy recomendable confiar ciegamente en la persona que acabamos de conocer y de preguntar. En todo caso, para tomar esa decisión hay que por lo menos ver el lugar, la fachada, la limpieza y animarse a entrar algunos pasos o siquiera espiar el menú desde la vereda. En este caso, efectuar ese procedimiento nos tomaría caminar bastantes cuadras, para siquiera ver el lugar y teniendo en cuenta que estábamos con hambre y ya cansados, me di cuenta que ya no habría marcha atrás si decidiamos ir… Sin embargo, decidí aceptar la decisión votada por mayoría y emprendimos el largo camino de varias cuadras, hacia la cantina.
Al llegar mi criterio de calificar al lugar ya estaba nublado por mi apetito que a esta altura, ya se había convertido en ruido en el estómago, así que decidí ignorar todas las consideraciones previamente enumeradas y entrar a comer lo más rápido posible.
Centro Cívico de Bariloche
Afortunadamente, la espera fue corta, de solo unos minutos en un espacio entre puertas dobles, para estar protegidos del frio patagónico, finalmente llega a recibirnos un mozo, que fue amable y muy concreto, nos acompaña a la mesa, se lo veía ocupado atendiendo bastantes clientes a la vez pero recuerdo fue muy eficiente. Nos ubicamos cerca de la cocina, pero realmente no había muchos asientos para elegir ya que el lugar estaba casi lleno, lo cual es siempre una buena señal. Al sentarnos y un poco más tranquilos, mientras nos traía las bebidas, me tome unos segundos para observar el lugar, el ambiente era cálido y agradable. Era efectivamente una cantina, con un estilo de chalet de Bariloche por fuera con piedras lajas y por dentro un estilo rustico, español que viendo ahora las fotos no se porque lo recordaba mas estilo colonial, como la clásica serie del Zorro, pero no, es solo mi interpretación del recuerdo de ese lugar en ese momento y esto me demuestra que a veces mi mente puede ser muy flashera… tampoco recuerdo cual era el plato del día, pero creo que pedimos pollo y milanesas. Lo que sí puedo asegurar sin equivocarme es que el menú era simple y efectivo, realmente estuvo muy sabroso y el lugar es altamente recomendable. Es más, nos gustó tanto que volvimos otra noche y también en algún otro viaje que hice a Bariloche algunos años después. Aunque pensando en términos más generales, debo reconocer que la primera vez siempre es especial y puede dejar una impresión extremadamente positiva o negativa, según todos los factores involucrados. Concretamente, cuando comes con hambre la comida es más rica, cuando hace mucho que no comes algún plato te parece buenísimo pero si lo comes seguido te cansas, etc etc.
Por Diego Pastuch | Este contenido esta disponible también en Portugues
Holaaa.. un gusto si fuera posible.. mis tres lugares en el mundo.. dios dividiría de la siguiente forma.. el verano lo divido en dos (1) Esquel..(2) Junín de los Andes.. yy el invierno (1) Misiones-(2) Salta-(3) Catamarca.. Buena Vida Buena Ruta..!!
Muchas gracias por tu comentario Carlos.
me genera duda, cualquiera que conozca Bariloche, sabe que la foto del lago no corresponde a una foto tomada cerca del centro civico. esta foto fue sacada en playa bonita, km7,5. avenida bustillo.
Gracias por tu comentario. Para aclarar tus dudas, la foto del lago desde un punto panorámico tiene como finalidad ilustrar el articulo. Es para cualquier persona que No conozca San Carlos de Bariloche, dando una idea general del hermoso lugar del relato de la historia.
No elegiria este u otro lugar parecido para vivir a pesar de la belleza del paisaje. Conocimos Bariloche en pleno invierno y si bien es hermoso ver todo nevado, es muy incomodo para moverse, para salir a hacer compras, trasladarse en un vehiculo, y sobre todo lo riesgoso por la gente inexperta que va a pasar unos dias en temporada invernal y no saben conducir en calles o rutas con nieve y lo que es peor con hielo, y no es solo Bariloche, es toda la region de montaña, de cordillera. No creo que haga falta ganar la loteria o algun otro premio similar para darse el gusto de vivir en algun lugar fundamentalmente tranquilo, utilizando ese lugar como base y a partir de alli viajar a distintos lugares. Mi opinion personal es un lugar en Cordoba, que de hecho logramos tenerlo, y de alli viajar a donde se nos ocurriera, estamos en el centro geografico del pais, con lugares muy lindos y sin necesidad de recorrer grandes distancias (salir de Bs As hay que pensar en 500 Km para ver el cambio de paisaje) queremos desayunar en Sgo. del Estero y saliendo a las 05.00 a las 09.00 a mas tardar estas en el centro de Santiago, 1 hora mas de viaje estas en Tucuman, 2 horas mas y podes hacer noche en Tafi del Valle, al medio dia siguiente estas en Salta la Linda y poder disfrutar de un par de dias con viaje en el Tren a las Nubes, un dia mas, saliendo a la mañana despues de un buen desayuno, hacer el camino de cornisa (la vieja ruta 9) y llegar a Jujuy. Si lo quieres hacer bien, visitando pueblos como Monteros, Tafi del Valle, El Infiernillo, Amaicha del Valle, Cafayate, Purmamarca, Iruya, La quiaca y tantos otros que no recuerdo en este momento, es un recorrido de 7 a 10 dias, y volver a casa a descansar, a descargar fotografias, juntarse con amigos y compartir las experiencias del viaje, lo bueno y lo malo que puede pasar. Creo que hace falta tener el dinero suficiente que te da la tranquilidad de poder viajar a distintos lugares sin tener sobresaltos, un buen vehiculo, confiable, para andar en todo tipo de terrenos sin dificultades, y lo mas importante, las GANAS y la Salud para andar. Esto es mucho mas importante que el dinero, no necesariamente tienes que haber ganado un premio grande para poder hacerlo. Nosotros casi lo logramos, compramos un terreno en Cordoba, construimos la casa a nuestro gusto, compramos un vehiculo relativamente nuevo, teniamos todo planificado, pero un 9 de septiembre de 2020 nos patearon el tablero, ella fallecio y yo quede solo, con todos los proyectos truncos. Mi vida cambio de un dia para el otro. Pero esta es otra historia.
Muchas gracias por leernos y por compartir tu historia Juan Carlos.