En aquel lejano verano de 1985, desembarqué en Puerto Deseado, una pintoresca ciudad en la costa norte de Santa Cruz, con el objetivo de comenzar a trabajar en mi tesis doctoral, a través de una beca de Iniciación a la Investigación, otorgada por CONICET.
Por Dra. Patricia Sruoga
Me enamoré a primera vista de esa ciudad trepada sobre acantilados de color rojizo y asomada a una ría agridulce que comunica el río Deseado con el océano Atlántico. Aún vibran en mi memoria retazos de vivencias como esos lánguidos atardeceres espejados en la ría, las excursiones en kayak guiadas por la luna llena, mis hijos Tomy y Gaby jugando a ser exploradores, la marea traicionera robándome las zapatillas Topper…
No podía ser más feliz: estaba en el mejor lugar de la Patagonia para colectar muestras para mi tesis, en compañía de mis hijos! En efecto, la ciudad está enclavada en un macizo rocoso, cuya edad se remonta a ~168 millones de años, es decir al período Jurásico. Los terrenos de origen volcánico presentan una amplia distribución areal en la Patagonia Austral. Rocas equivalentes a las que contornean la ría se encuentran a lo largo y a lo ancho de toda la provincia de Santa Cruz, en superficie y subsuelo, a lo largo de la Cordillera Patagónica Austral y Tierra de Fuego, extendiéndose hacia la Antártida y la plataforma continental, cubriendo una superficie total de ~1.000.000 km2. El propósito de mi investigación era tratar de dilucidar el tipo de volcanismo que tuvo lugar durante un momento geológico crucial para la evolución del supercontinente de Gondwana, es decir aquel inmediatamente anterior a su desmembramiento y consiguiente apertura del océano Atlántico.
Piqueta en mano y colmada de entusiasmo, cada día emprendía la recorrida por los afloramientos rocosos, ya sea en la plaza o junto al supermercado, en las estancias aledañas, en los islotes o acantilados poblados de elegantes cormoranes, gaviotas, fragatas y otra avifauna diversa. Varias campañas estivales se sucedieron en el norte de Santa Cruz, con el fin de cumplir con el objetivo de la tesis. Mientras el trabajo de mapeo y toma de muestras avanzaba, tuve el enorme privilegio de conocer a los pobladores de la zona, trabar amistad con los puesteros de las estancias y disfrutar de su compañía y hospitalidad. Escuché muchas historias de soledad y abandono al calor de la cocina a leña, mientras la interminable ronda de mate amargo demoraba el regreso y derivaba en una cena de capón con tortas fritas. En aquellos parajes olvidados de los mapas y alejados de los circuitos turísticos, donde los horizontes se dilatan en vastas mesetas deshabitadas, pude sopesar el valor de la compañía humana. Nunca volví a sentir ese agradecimiento velado por la charla demorada al reparo del viento…
En una oportunidad, en viaje exploratorio hacia el Lago Posadas con colegas del British Antartic Survey, uno de ellos preguntó “Are we still in Jurassic Park?” (=Aún estamos en Jurassic Park?), haciendo alusión a las rocas volcánicas de edad jurásica y yo le respondí “Yes, we are!” (= así es!), enfatizando la vastedad y rareza geológica de estos terrenos volcánicos antiguos, aunque sin Tyranosaurus amenazantes como en la saga cinematográfica. De ahí en más, me sentí detective de ese mundo prehistórico y empecé a tratar de descifrar el paleoambiente a partir de las evidencias que me brindaron las rocas. Aprendí a interrogar y develar los secretos de las ignimbritas, que son las rocas que caracterizan este volcanismo, imprimiendo un sello peculiar no solo por su abundancia sino por su significado genético.
El Jurásico fue un período poco acogedor para la flora y la fauna que poblaron esta parte de la Patagonia. En efecto, se estima que durante unos 50 millones de años este sector del supercontinente de Gondwana fue lo más parecido al infierno, donde periódicamente tenían lugar megaerupciones explosivas que generaban nubes incandescentes con efecto devastador. Prueba de ésto son los troncos y piñas silicificados de Araucaria que yacen de muerte poco natural en los bosques petrificados descubiertos en Santa Cruz. Estos restos fósiles, con excelente grado de preservación, documentan condiciones climáticas muy favorables para el desarrollo de bosques de helechos y araucarias que alcanzaron ~50 m de altura. Las implacables erupciones ignimbríticas sellaron un destino frondoso, muchos ejemplares murieron de pie y otros yacen en muda magnificencia en el Monumento Natural Bosque Petrificado de Jaramillo, situado a ~200 km hacia el este de la ciudad de Puerto Deseado.
Si en el afán de comparar el Jurassic Park de Patagonia Austral, buscamos escenarios similares en tiempos históricos, en verdad, no han vuelto a repetirse en todo el planeta eventos eruptivos tan extraordinariamente vastos, con una recurrencia en el tiempo tan prolongada e impacto ambiental tan devastador. Las nubes ardientes que sepultaron las ciudades de Pompeya y Herculano (Italia) en el año 79 a.C, la catastrófica erupción de Santorini (Grecia) que sepultó la Atlántida en la era de Bronze o la explosión lateral del Mt St. Helens (EE.UU) en 1981 que arrasó los bosques aledaños, resultan débiles fuegos de artificio frente a la descomunal violencia ígnea de aquellas remotas erupciones.
El paso del tiempo y sus feroces erosiones labraron los macizos rocosos en esculturas únicas y excavaron cuevas y aleros que sirvieron de abrigo a los primeros pobladores de la zona, frente a los rigores climáticos. En estos codiciados refugios, aquellos antiguos cazadores nos dejaron un valioso legado de arte rupestre. Sin lugar a dudas, el sitio más famoso es la Cueva de las Manos, en el río Pinturas, donde abundan pinturas de manos y escenas de caza. Los arqueólogos han descubierto que la cueva ha sido ocupada periódicamente entre ~10.000 y ~700 años atrás por los antepasados de los tehuelches. Esto ha quedado documentado en las paredes de la cueva por la superposición del tipo y estilo de pictografías y el uso de determinados pigmentos. Será que las largas estadías invernales en las cuevas fueron el disparador de la inspiración artística?
Contrariamente, la impresión de Charles Darwin al acercarse al cañadón del Deseado durante el viaje a bordo del Beagle en 1833, fue más bien desoladora, como revelan sus propias palabras (“No creo haber visto en mi vida lugar más aislado del resto del mundo que esta grieta rocosa en medio de tan extensa llanura”, en referencia al lugar que hoy se conoce como Los Miradores de Darwin, figura 4).
En tiempos más recientes, las rocas jurásicas atrajeron el interés empresario por su importancia económica, ya sea como reservorio de petróleo y gas o por su mineralización de oro y plata. Tuve la oportunidad de brindar asesoramiento para evaluar su potencial desde una perspectiva alejada de lo estrictamente académico, tendiendo un puente natural entre la investigación científica y la industria.
El Jurassic Park de Patagonia Austral es un portal hacia el asombro, tanto para los científicos como para los amantes de los tesoros naturales. Geólogos, paleontólogos y arqueólogos continúan explorando y descubriendo vestigios de climas, ambientes y seres extintos. Atractivos turísticos como el Monumento Natural Bosque Petrificado de Jaramillo o la Cueva de las Manos son solo algunos de los más conocidos y de relevancia internacional.
Sin embargo, a mí me basta caminar sobre un pedrero desvestido por el viento o detenerme al pie de un paredón de ignimbritas, en un atardecer de luces tangenciales, para atizar la imaginación y recrear aquellos mundos apagados…
Figura 8. Paredones de ignimbrita labrados por la erosión, bajo el inigualable cielo patagónico.
Muy buen articulo, escrito por la dra. Patricia Sruoga. muchas gracias por acercarnos tantos datos desconocidos para muchos de nosotros , los lectores , de esa zona tan hermosa de nuestra querida Argentina , logra con sus descripciones tanto del lugar, como de los habitantes , que nuestro interes se acreciente a medida que va transcurriendo la lectura, esperamos pronto un nuevo relato de sus experiencias vividas en tan lejano lugar por kilometros , no por cariño ❤️🥰👍
Muchas gracias por tu comentario Liliana!
Excelente!!! Muy buena fotografía!
Realmente es excelente! Muchas gracias por tu comentario Sol.
Muchas gracias!!! Me alegro que te haya gustado
Increible tener estos lugares tan exóticos en nuestra querida Patagonia Argentina!!!
Y que bueno es informarse mediante alguien con tanto conocimiento. Hermoso y conmovedor relato! Felicitaciones
Muchas gracias por tu comentario Mara.
Muchísimas gracias Mara por tu comentario! Me alegro que sirva para despertar interés por nuestra Patagonia extraordinaria
Patricia nos deleita una vez más con tres de sus artes y pasiones, la geología, la fotografía y la palabra, en una acertada, equilibrada pero sobre todo emotiva combinación. Nos transporta en tiempo y lugar, a través de un viaje lleno de colores, sentimientos y matices, por su amada Patagonia; nos hace partícipes de su fascinación.
Gracias Patricia !
Estamos totalmente de acuerdo, es un placer leerlo. Muchas gracias por tu comentario Silvia.
Muchas gracias querida Silvia, amiga y colega de lujo!! Hemos compartido campañas geológicas en Santa Cruz, llenas de atractivos científicos, turísticos, sociales y gastronómicos. Sos parte de mi “Jurassic Park” !!!
Atrapante relato. Interesante e instructivo. Hay un libro con algo más?
Felicitaciones!
Muchas gracias Carlos por tu comentario. Desconozco si hay algún libro acerca de estos temas con este enfoque. Lo tengo planeado para el futuro y tu comentario me motiva a escribir. Gracias y disculpas por la demora en contestar.
Estimada Patricia, gracias por su detallado y sentido relato, lo disfrute. Soy al igual que Ud; un enamorado de nuestro Jurassic Park; sin embargo me temo que la explotacion minera, con la que Usted colabora pronto borrara, hara desaparecer y contaminara todo vestigio jurassico, quedando para las generaciones futuras tomar conocimiento de esta maravilla a traves de fotos, videos y relatos descriptivos y cargados de emocion como el suyo. No hay ningun justificativo para la explotacion minera en esta region, excepto la avaricia y la estupidez humana. Los paises mas desarrollados del mundo prohiben y restringen al maximo la mineria en territorio propio, cuidando celosamente el lugar donde viven, pero exportan la depredacion al resto de nuestro planeta, nuestra casa.
Agradezco su comentario pero no comparto su opinión acerca de la actividad minera. Como cualquier actividad económica que lleva adelante la especie humana debe ser regulada por políticas responsables, en sintonía con el cuidado del medio ambiente.
Maravillosa relato de una magnífica experiencia!! Gracias!!!
Muchas gracias Paula por tu comentario. Saludos
felicitaciones doctora por la investigacion y relato, muy ilustrativo, lo conoci de casualidad por un pequeño articulo mientras preparaba mi hoja de ruta rumbo a ushuaia, terrible lugar incluido tormenta de viento
Muchas gracias Ariel por tu comentario. Saludos
Gracias Patricia por enseñarnos nuestro vasto y hermoso país con tanto entusiasmo y orgullo.
Excele artículo.jermosad fotos